Nuestros aprendizajes en el proceso de innovación
Hemos platicado de cómo la innovación es un proceso constante, en donde los retos se presentan todos los días. Aunque estos desafíos llenan de emoción nuestra chamba, hay constantes que se repiten, y tenerlas presentes nos ayudan a facilitar el proceso.
1. Vivir la humildad y la empatía. Esto significa hacer de tu día a día un hábito de escuchar, de estar atento a las necesidades, inquietudes y emociones de la gente. Implica mantenerte abierto a recibir información. Buscar entender a los clientes y a tu equipo, a romper con ideas preconcebidas, a cuestionar nuestro propio proceso evolutivo, a aceptar cuando te equivocas y responsabilizarte de lo que te toca. Todo esto nos hace vulnerables y muchas veces nos lleva a sentirnos incómodos, porque nos confronta. Sin embargo, se requiere humildad para entender que hay que experimentar estos umbrales para lograr un verdadero crecimiento; y para nosotras, ser empático es la primera parte.
2. Explorar libremente y usar la creatividad. Los diseñadores por naturaleza exploramos, curioseamos y tenemos la capacidad de ver las cosas desde distintas perspectivas; es así como llegamos a encontrar diversas soluciones para resolver un mismo reto, pues formamos nuevas combinaciones de ideas para atender una necesidad. Algo que suele contrastar con un pensamiento más racional y estratégico, el cual brinca a conclusiones de manera casi instantánea. Digamos que uno busca soluciones y otro abre posibilidades. Es por esto que cuando el diseño estratégico entra en acción, se suma lo mejor de dos mundos, la estructura de la estrategia y la libertad creativa de un diseñador.
3. Navegar aguas inciertas. A todos nos conflictúa movernos hacia los desconocido, los seres humanos por naturaleza queremos generar certezas y saber que podemos controlar lo que viene en un futuro. Es por ello que soltar y actuar “impulsivamente” es tan difícil, pues implica confiar en lo incierto del proceso y de entender que el cambio es una secuencia de pasos que nos acercan cada día más a las respuestas que buscamos.
4. Practicar, practicar y practicar. Por todas partes escuchamos sobre el lean… fail fast, pero por otro lado estamos condicionados a no fallar, necesitamos saber que no nos vamos a equivocar. Una contradicción interna dificilísima de abordar, no obstante, liberadora y enriquecedora. Saber que las pruebas chicas e iteraciones constantes como parte de un proceso mayor, nos ayudan a mitigar el riesgo y a movernos con seguridad hacia el futuro, hacen que el viaje se disfrute.
Lo más importante de todo esto, es comprender que hay que lanzarse al proceso y confiar en las metodologías, porque sólo paso a paso es como podremos detonar, impulsar, movernos hacia adelante y lograr una verdadera transformación.