¿Morirán las plataformas de streaming?
Por: Eduardo Gutiérrez
Comenzaba la década de los 2010; sonaban Rihanna y LMFAO en la radio, la palabra smartphone empezaba a usarse por todos lados, y los cinéfilos y no cinéfilos acudíamos a alguna sucursal del ya difunto Blockbuster (Q.E.P.D.) para rentar, por un tiempo determinado, la película del fin de semana.
Entonces empezamos a escuchar sobre algo llamado Netflix y un modelo de consumo de entretenimiento muy particular: el streaming. Este modelo cambió por completo la forma en la que accedíamos al cine en casa; desde su llegada, ya no poseemos nuestras películas y series, pero sí tenemos acceso a un sinfín de ellas, siempre y cuando paguemos una cantidad mensual.
El nacimiento del streaming fue un golpe maestro. No solo desmanteló la industria de la renta y venta de películas, sino que también venció a su enemigo más popular: la piratería. De pronto, pagar una suscripción mensual parecía mucho más conveniente que lidiar con sitios de dudosa procedencia o comprar DVDs piratas.
Entonces, comenzó el boom. Emergieron nuevas plataformas y, lo que inicialmente fue una revolución para ver películas y series, pronto se replicó en industrias como la música, la educación, y más. Hoy, Netflix no solo es una plataforma, es una productora de contenido y una de las marcas más valiosas del mundo. A su lado, gigantes como Prime Video, Disney+, Apple TV+, y nuevas fusiones como Max, se unieron al juego, cada una aportando su propio sello.
Pero algo está cambiando.
En los últimos años, estas plataformas han empezado a imponer restricciones y a modificar las reglas del juego. Netflix ya no permite compartir cuentas, Disney+ está siguiendo el mismo camino, y Prime Video comenzará a incluir anuncios en sus contenidos. Lo que alguna vez fue una experiencia sencilla y placentera, ahora comienza a perder atractivo.
Si uno sigue la conversación sobre este tema, tanto en redes sociales como fuera de ellas, puede darse cuenta de cómo algunas personas que habían abandonado la piratería hoy están cada vez más tentados a volver a ella, dejando de lado el incremento en los pagos y el cambio en las reglas del juego del streaming.
Esta historia nos deja una lección importante: la experiencia de los usuarios es igual de tanto o más importante que la fuerza de una marca. Si una plataforma promete acceso a contenido sin interrupciones, pero luego satura de anuncios o restringe el uso, es natural que sus usuarios se sientan decepcionados.
El negocio es clave, sí, pero no puede ir siempre por delante de la experiencia. Cuando una marca prioriza sus ganancias por encima de la satisfacción de sus usuarios, corre el riesgo de perderlos. Si incumples con la promesa central de tu marca, no puedes esperar que tus usuarios se mantengan fieles a ella.
Todas estas plataformas siguen ofreciendo productos de calidad y siguen siendo marcas fascinantes, pero si continúan descuidando la experiencia que ofrecen, corren el riesgo de acabar en el mismo lugar que sus antepasados.
Si necesitas ayuda asegurando que lo que transmite tu marca corresponde con la experiencia que entregas, mándanos un mensaje, tal vez podamos lograrlo juntos.